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Después de muchos años investigando y reflexionando acerca de cómo otros creaban, encontré en la fotografía el medio que necesitaba para dar a luz mis propias imágenes y expresarme. Fue un largo proceso, y lo sigue siendo, de exploración técnica, acompañada por la constante reflexión y cuestionamiento de mi propio proceso creativo y de mi propia realidad. ¿Qué busco mostrar? ¿Con qué intención? ¿De qué manera? ¿Qué poder tiene la imagen? ¿Cómo es su recepción? Estas y otras preguntas siempre abiertas, así como sus respuestas, son la base de mis pensamientos acerca de mi propio proceso de creación.

 

Comencé haciendo series de autorretratos que partían de la base de pensarme a mí misma, de deconstruirme en la imagen, de aprender a verme desde otros puntos de vista. Saliendo de alguna manera de la mirada desde mi propio ego para plantear cuestiones como la conformación de la imagen, la idealización, lo ciego que uno es de sí mismo y en sí mismo, el falso reconocimiento frente al espejo/duplicado inverso y frente al lente directo. El cuerpo, los tabúes, los miedos y la sexualidad atraviesan también dichas series autorreferenciales. Animarse a disolver la propia imagen tiene que ver con estos recorridos y aprender a conocerse y reconocerse de otra manera. Recorridos que no concluyen porque uno va transitando la vida y cambiando.

 

La siguiente serie importante me llevó a experimentar con la energía de los signos zodiacales en relación con los planetas. Serie abstracta y llena de color, basada en reflexionar sobre la carta natal entendiéndola como un sistema de energías en relación, así como lo es el cuerpo, el aparato psíquico, la naturaleza, el cosmos, etc. Justamente las imágenes fueron creadas a partir de los cuatro elementos y otros naturales.

 

La línea de reflexión siguió en las fotos de cielos y nubes. Sentirse uno conectado con el todo, pequeño en el cosmos y grande a la vez. Pensar el tiempo. El tiempo que pasa, la calma, la ansiedad, cómo un segundo puede ser eterno o efímero. Esto quedó plasmado en la serie El tiempo que pasa. Y me abrió el camino para investigar sobre otras formas de hacer fotos que no fueran ni la digital ni la analógica. Lo digital en términos de la inmediatez de la imagen y lo analógico en pensar y esperar el resultado.

 

De ahí la idea de que el proceso tiene relación con el tiempo. Con un tiempo propio que tiene que ver con el devenir, que hace a la reflexión, al aprendizaje, al acto de crear, tan íntimo y personal.

 

Por eso, cuando descubrí la manera de hacer fotos sin cámara, sin revelado, sin la manipulación ajena, en otro tiempo, probé. Y nació la serie Devenir con mi primer fotograma.

Y el proceso sigue, siempre abierto y cambiante.

 

Hacer una imagen actual, abstracta, natural.

Hacer foco en el detalle, en lo micro.

Perderse en un tiempo sin tiempo dentro de la imagen y afuera.

Poder jugar con y en el proceso, y ser lo más libre posible.

Que lo visto despierte el cuestionamiento, la reflexión, la imaginación.

Hacer visible lo invisible. Ver.

 

Natividad Marón - abril 2014

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